Renovables

Europa instalará 100 gigas de potencia solar en 2025

El pasado mes de febrero la Fundación Naturgy publicó El papel del consumidor y de la gestión de la demanda en la transición energética. Elaborado por la consultora PWC, el informe (70 páginas) señala que, en la actualidad, existen más de 4.000 proyectos comunitarios que proporcionan energía a través de comunidades energéticas, principalmente en Australia, Europa y Estados Unidos. En Europa –añaden los autores-, las comunidades energéticas se están desarrollando progresivamente, “pero destaca Alemania como el país con un mayor despliegue que el resto”. PWC cita en su estudio otro informe: Energy communities: an overview of energy and social innovation (de la Comisión Europea). Pues bien, según ese informe, en Alemania había en 2019 unas 1.750 iniciativas de comunidades energéticas; unas 700 en Dinamarca; alrededor de medio millar en los Países Bajos; más de 400 en el Reino Unido; unas 200 en Suecia; y 33 en España.

Han pasado tres años desde entonces y es difícil saber cuántas comunidades energéticas hay aquí y, sobre todo, cuál es su grado de madurez, pero lo cierto es que hay muchas iniciativas en todas partes. Casi tantas como dudas. Porque la no trasposición de las directivas genera ciertas incertidumbres.

Pues bien, contra ellas, y para desbrozarle el camino a los comuneros, repasamos aquí la bibliografía, cada vez más rica, de las comunidades energéticas. Empezamos por ejemplo por la Guía de Promoción Pública de Comunidades Energéticas que acaba de publicar la Diputación de Valencia, una herramienta formativa que tiene como objetivo “aprender de las experiencias, simplificar los pasos, aclarar conceptos y facilitar el trabajo para la creación de comunidades energéticas locales”. Otra diputación, la de Barcelona, publicó el pasado mes de noviembre un documento similar: Guía para el impulso de comunidades energéticas con perspectiva municipal, casi 50 páginas sin desperdicio, con casos reales (varios ejemplos detallados en forma de mapa conceptual, muy interesantes).

Más de 150 páginas tiene Comunidades energéticas: una guía práctica para impulsar la energía comunitaria. REScoop, que es la federación europea de cooperativas de energía ciudadana (representa a más de 1.500 cooperativas y a un millón de personas), Energy Cities, que es una red a la que están vinculados hasta 1.000 ayuntamientos de 30 países, y la organización ecologista Friends of the Earth Europe son las entidades autoras de esta guía “paso a paso” que Amigos de la Tierra España ha traducido al castellano, adaptado y contextualizado a la realidad nacional. Amigos de la Tierra ha lanzado todo un portal (tierra.org/comunidades-energeticas) lleno de fuentes de información relacionada, casos de éxito, consejos prácticos y argumentos a favor de la democratización de la energía.

Habrá que estar también atento a las guías que ha anunciado la Agencia Andaluza de la Energía, que está apoyando el desarrollo de la comunidad energética

En Guzmán (Burgos), en Gares (Navarra), en Peñascosa (Albacete), en Arroyomolinos de León (Huelva), a la vera del río Monachil (Granada), en Mos (Pontevedra), en un polígono industrial de Gandía, en una urbanización de Mallorca, en la Sierra de Montánchez, en Cáceres… Las comunidades energéticas están empezando a ver la luz en todas partes. Aunque las figuras jurídicas Comunidad de Energías Renovables y Comunidad Ciudadana de Energía, recogidas en dos directivas europeas, aún no han sido traspuestas y desarrolladas en el ordenamiento jurídico español. Da igual, parece decir la ciudadanía, que observa ese fenómeno con interés creciente y busca información para saber cómo de la comunidad energética Torreblanca Ilumina, un proyecto surgido de la mano de (1) las asociaciones de madres y padres de alumnas y alumnos de los colegios Príncipe de Asturias y Vélez de Guevara del humilde barrio sevillano de Torreblanca y (2) la cooperativa de productores y consumidores de energía renovable Som Energía. La Agencia ha apoyado esa iniciativa y ya ha anunciado que publicará una completa “guía metodológica sobre la gestión social” llevada a cabo en Torreblanca, donde recogerá con todo detalle el proceso desarrollado con todos los agentes implicados.

Además, la Agencia está ultimando una “guía jurídica con recomendaciones prácticas sobre las formas legales más apropiadas para constituir comunidades energéticas, su funcionamiento, la participación que pueden tener en ellas las Administraciones Públicas, en particular los ayuntamientos, para lo que se profundiza en el procedimiento de concesión de superficies de titularidad pública donde las comunidades energéticas puedan instalar equipos de energías renovables”. También se incluirá un «modelo de estatutos» para facilitar el trabajo a quienes quieran fomentar proyectos de estas características en zonas vulnerables.

Collaboration Lab. Comunidades energéticas es otro documento que contiene información valiosa sobre el particular. Fruto de cuatro talleres organizados por la Fundación Renovables, en colaboración con Energy Cities,y con la ayuda de la European Climate Foundation, recoge en sus casi 40 páginas con mucho detalle cinco ejemplos concretos de comunidades energéticas de España en diferentes grados de maduración (origen, barreras, estado de la cuestión).

Otro actor del sector implicado en esta corriente es Red Eléctrica, que, con el apoyo de la cooperativa Megara Energía, acaba de publicar (lo hizo el mes pasado) el Manual para una comunidad energética rural. ¿Objetivo? Resolver todas las dudas que le puedan surgir a particulares, ayuntamientos, pymes “y resto de actores locales a la hora de poner en marcha este tipo de proyectos de producción y gestión participativa de energía renovable para autoconsumo colectivo”. La guía en cuestión (alojada en ree.es) ofrece información útil y consejos prácticos “para ampliar el conocimiento, las alianzas y los recursos necesarios para diseñar paso a paso y gestionar una comunidad energética”.

Entre otras cuestiones, explica las figuras jurídicas más adecuadas para constituirla, sus normas de funcionamiento y (ojo también a esto) las diferentes alternativas de financiación. Ademas, visibiliza también diversas iniciativas existentes a lo largo y ancho del territorio español “y que tienen como nexo común –explican desde REE– ser proyectos que fomentan las energías renovables para satisfacer las necesidades y expectativas de las generaciones presentes y futuras que decidan habitar el territorio rural”. El Manual tiene más de cien páginas. Más de cuarenta de ellas, dedicadas a casos concretos de esas comunidades energéticas que están viendo la luz en todos los rincones de este país.

Así es la bibliografía de las comunidades energéticas. Ah, y no deje el lector de visitar idae.es. El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (y aunque su Mapa Interactivo de Comunidades Energéticas está pidiendo a gritos un cierto reseteo) también es fuente valiosa de la que beber.